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lunes, 14 de mayo de 2007

ELECCIONES EN ... ROMA (2ª PARTE)


Una vez que ya hemos hablado sobre el "asesor de campaña" vamos a centrar nuestro comentario sobre el "candidato" y su comportamiento y actuación durante la campaña electoral. Para ello nada mejor que leer y escuchar a Quinto Tulio Cicerón.

EL CANDIDATO


Quinto a su hermano Marco:
Lo primero que debes tener en cuenta es dónde estás, cuál es tu objetivo y quién eres y, a diario, cuando te encamines al Foro. has de repetirte: "soy un advenedizo, quiero ser cónsul y esto es Roma".

Que muchos te consideren un arribista queda, en cierto modo, compensado por tu reputación de buen orador; la elocuencia da siempre prestigio y la gente pensará que no será mal cónsul quien es el abogado preferido de los consulares. Siendo esa la causa de tu fama y de tu posición actual, debes estar siempre listo para preparar cada defensa como si el veredicto fuera a depender sólo de tu habilidad y poder de convicción; procura, pues, tener siempre ensayados nuevos argumentos y recuerda a menudo lo que Demetrio escribió sobre los esfuerzos y prácticas de Demóstenes.

El siguiente paso es que la gente sepa los muchos y buenos amigos que tienes. ¿Qué otro en tu situación ha tenido tantas ventajas?: gozas de la confianza del mudo financiero, de la práctica totalidad del orden ecuestre y te apoyan todos tus antiguos defendidos, muchos municipios y varias asociaciones; y además está ese grupo de jóvenes selectos a los que enseñas Oratoria y tu amplio y constante círculo de partidarios, que incluye gentes de toda condición. Aprovéchalos y no dejes que te abandonen: dáles consejo, busca su ayuda, asegúrate de que todos los que estén en deuda contigo se enteren que ahora es el momento de devolver tus favores y que los que quieran hacerte un servicio comprendan que no encontrarán mejor ocasión para ganar tu agradecimiento.

Como es bueno que te aprecie la gente a cuyo círculo quieres pertenecer, no olvides que el favor de los nobles, especialmente el de los de rango consular, es de gran ayuda para cualquier advenedizo y tienes que cultivar diligentemente su trato, visitándolos y persuadiéndoles de que tus simpatías políticas siempre se han inclinado de su lado (...).

En esta misma línea, preocúpate de ganar partidarios entre los jóvenes nobles o, al menos, que no pierdan el entusiasmo por tu causa, pues son fuente de prestigio; como ya hay bastantes a tu alrededor, cuida que noten el mucho respeto que les tienes. Y, por último, también sería muy útil que intentaras atraerte a cuantos nobles no te son abiertamente hostiles.


Tras esta lectura podemos extraer los puntos más esenciales que debe saber todo candidato a un cargo público, a saber:
  1. Saber qué es lo que quieres conseguir.
  2. Aprovechar tu fama o éxito profesional como base de tu candidatura y estar siempre vigilante y activo durante la campaña electoral.
  3. Hacer ostentación pública de tus amistades y pedirles su ayuda.
  4. Fomentar y relacionarte con otros políticos de prestigio que puedan apoyar públicamente tu candidatura.
  5. Buscar el voto de los jóvenes.
  6. No desairar a personas influyentes que aún no se han mostrado contrarias a tus ideas ni a tu campaña, antes bien, intentar atraerlas y convencerlas de las bondades de tu proyecto político.

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